Caminos que salen al encuentro

El camino sale a tu encuentro como una bendición: está ahí, para que no te pierdas, para que sepas por dónde seguir.

Caminos que salen al encuentro

Volví a escuchar hace poco la maravillosa letra, musicalizada por Serrat, del poema de Antonio Machado: caminante no hay camino, se hace camino al andar. Y me pregunté: ¿cuánto del camino se  hace al andar? ¿Cuánto del camino ya hay hecho y lo transitamos? Y se me vino a la mente el Camino por excelencia: el Camino de Santiago.

Elegí la canción del peregrino del camino para acompañar este post. Nick Arandes, un peregrino, volcó en sus versos las experiencias y enseñanzas del camino.

Machado dice que se hace camino al andar. Pero otro poema famoso (la bendición irlandesa) habla de caminos que salen al encuentro. ¿Machado conocería la famosa bendición irlandesa? ¿Se contradicen o se complementan? ‘Se hace camino al andar’ dice Machado. ‘Que el camino salga a tu encuentro’ dice la bendición. Uno expresa la incertidumbre: aunque no veas el camino, son tus huellas las que lo marcarán. La otra anima a confiar ya que el camino está ahí y saldrá a tu encuentro.

Tal vez hay muchos, infinitos caminos. Pero nuestras huellas nos van llevando a transitar alguna de la innumerables posibilidades. El camino ya está listo para ser transitado, pero lo elegimos a medida que avanzamos. ¿Cómo saber por dónde avanzar? Hay que estar atentos a las señales, a los sutiles mensajes que nos llegan desde nuestra voz interior, a las sincronicidades, a aquello que fluye, El camino que trae paz y sosiego es el que nos da la dirección.

Vuelvo a pensar en el Camino de Santiago. El camino está allí; millones de huellas lo marcaron. Es una simbiosis mágica entre Machado y la bendición irlandesa. Sin duda el camino sale a tu encuentro, pero el recorrido es único y personal. Millones de huellas lo transitaron antes y ninguna coincidirá con tus propios pasos. Es el mismo camino de muchos/as y al mismo tiempo es único.

El camino sale a tu encuentro como una bendición: está ahí, para que no te pierdas, para que sepas por dónde seguir. Sin embargo, no es el mismo camino para todos/as quienes lo transitan. Aunque a tu lado vayan otros/as peregrinos/as, cada camino es irrepetible. El camino se hace al andar porque es el camino más uno/a mismo/a, en una unidad con todo lo que cada huella, cada paso nos suma.

Buen camino!

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