¿Nuevos caminos o huellas perdidas?
El título se inspira en las Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar. Qué placer leer ese camino que la autora le atribuye al emperador romano! Las reflexiones de Adriano, imaginadas por Marguerite, promueven nuestras propias reflexiones.
Nos acompaña Kitaro con su Caravansary . Caravanas sin tiempo ni lugar que van hacia donde sea que esté nuestro bienestar.
Dice Adriano en sus memorias ‘gusté (..) de los poetas (…) que me abren caminos novísimos o aquellos que me ayudan a encontrar las huellas perdidas’. Quedé impactada con la frase. Es exactamente lo que vengo reflejando en muchos de mis post cuando refiero a lecturas que llegan a mis manos, entrevistas que abren nuevas perspectivas, caminos explorados desde antaño que se resignifican. Algunas de ellas me invitan a transitar nuevos caminos, proponen aventuras, cambios de equipaje, de rumbo, decisiones en encrucijadas. Otras lecturas, en cambio, despiertan, iluminan, activan senderos que están un poco escondidos, ocultos, camuflados entre los vértigos cotidianos. Huellas que han dejado quienes ya han transitado esos caminos y que, a fuerza de no ser pisados nuevamente, se han llenado de hierba que oculta por donde podemos ir con nuestros pasos.
Las entrevistas me permiten escuchar como resurgir de una crisis, mirar con otros ojos una situación desalentadora, comprobar que ‘cuando estamos preparados/as, el maestro aparece’. El maestro puede tomar el aspecto de una enfermedad, de una crisis familiar, de un exceso y vértigo cotidiano. Caminos nuevos para cada uno; huellas que vuelven a hollarse en el camino de la esencia humana.
Esas lecturas y entrevistas proponen transitar caminos nuevos o bien llevan a redescubrir senderos olvidados. Todas son señales que se nos ofrecen para guiarnos en el trayecto. Es cuestión de estar atentos/as a esos siempre presentes sincronismos que nos dan la confianza de por dónde seguir.
Buen camino!
