Caminos ancestrales que le dan sentido al caminar.
¿De dónde venimos y hacia dónde vamos? Quienes nos antecedieron en este plano, mundo y dimensión también han recorrido caminos materiales y espirituales. Tenemos ese legado, ya sea que lo hagamos o no lo hagamos consciente.
Recordé un tema de Gustavo Santaolalla: Cordón de Plata, de su álbum Camino. Ese cordón de plata representa la unión entre los planos físico y espiritual. Es el hilo que nos conecta con aquellas dimensiones intangibles que nos unen a esa totalidad de la que formamos parte.
Al recorrer caminos de otros lugares podemos encontrar la experiencia de quienes ya los recorrieron. Caminar por senderos de antiguas ciudades, por calles que antes fueron huellas, por caminos que eran transitados por nómades o peregrinos, por puentes que ya llevan siglos uniendo orillas, nos puede llevar a sentir otras historias, otras percepciones que también son nuestras, porque somos parte de un todo.
Tal vez fueron lugares solitarios, silenciosos y hoy ya perdieron esas cualidades. Pero aún así podemos traer calma a nuestras mentes y ver con otros ojos esos paisajes, esas construcciones, esos habitantes. Y descubrir que bajo la apariencia de lo moderno, lo actual, lo ruidoso, lo tecnológico, hay miles de historias personales, cada una con algo para contar, que son parte de la esencia de esos espacios.
No es necesario viajar lejos para percibirlo. Podemos entrenar en nuestra propia casa o barrio. Y darnos cuenta de que somos parte de algo que nuestra mente no llega a comprender. Y que nos forma, nos pertenece, nos incluye. Y que le da sentido a todos los caminos que nos precedieron. Esos caminos ancestrales, de donde venimos y hacia los que vamos en quienes nos continuarán.
Buen camino!