Conquistar la mente para poder meditar
La mente es un escollo importante al momento de meditar; conquistarla es clave para la práctica de la meditación. Nuestra mente combate el objetivo de concentrarnos y hacer silencio interno para poder escuchar lo eterno que hay en nuestro corazón. Por eso, es necesario estar atentos a que esa mente inquieta buscará la manera de distraernos en el camino de la meditación. La mente no quiere ser silenciada, dominada, conquistada. Ir lográndolo, de a poco, de a ratos, es ir haciendo avances en el sendero hacia la calma.
Algunos atributos de la mente que dificultan meditar
Este problema que nos trae la mente está reflejado en muchos textos. Hoy elegí el Dhammapada, texto sagrado budista. Es un texto que recopila las enseñanzas del Buda y por eso se lo conoce como El camino de la doctrina. En el capítulo titulado ‘La mente’ hace una detallada descripción de los atributos de la mente y el valor de conquistarla:
»Esta mente voluble e inestable, tan difícil de gobernar, la endereza el sabio como el arquero la flecha.
Esta mente tiembla como un pez cuando lo sacas del agua y lo dejas caer sobre la arena. Por ello, hay que abandonar el campo de las pasiones.
Es bueno controlar la mente: difícil de dominar, voluble y tendente a posarse allí donde le place. Una mente controlada conduce a la felicidad.
La mente es muy difícil de percibir, extremadamente sutil, y vuela tras sus fantasías. El sabio la controla. Una mente controlada lleva a la felicidad.
Dispersa, vagando sola, incorpórea, oculta en una cueva, es la mente. Aquellos que la someten se liberan de las cadenas de Mara.
Aquel cuya mente es inestable no conoce la enseñanza sublime, y aquel cuya confianza vacila, su sabiduría no alcanzará la plenitud.
Aquel cuya mente no está sometida a la avidez ni es afectada por el odio, habiendo trascendido tanto lo bueno como lo malo, permanece vigilante y sin miedo.»
Esa mente tan inquieta y dispersa no lleva a la felicidad. El camino para dominarla incluye la atención y la meditación. Nos dice el Dhammapada ‘aquel que medita constantemente y persevera, se libera de las ataduras y obtiene el supremo Nibbana‘.
¿Cómo empezar a aquietar la mente?
Prestar atención a la mente es una forma de meditar. Es el primer paso para controlar la mente. Podemos prestar atención en nuestro día a día, solo estando atentos/as a lo que hacemos o pensamos en cada momento, saliendo de ese piloto automático de pensamientos que se suceden uno tras otro de manera descontrolada. Al prestar atención podremos darnos cuenta de qué es lo auténtico y qué es lo que la mente construye solo como una fantasía. El Dhammapada tiene unos versos para esta mente que inventa fantasías. Y lo dice en el primer capítulo, como para prestar atención desde el comienzo.
‘Todos los estados encuentran su origen en la mente. La mente es su fundamento y son creaciones de la mente. Si uno habla o actúa con un pensamiento impuro, entonces el sufrimiento le sigue de la misma manera que la rueda sigue la pezuña del buey…
Todos los estados encuentran su origen en la mente. La mente es su fundamento y son creaciones de la mente. Si uno habla o actúa con un pensamiento puro, entonces la felicidad le sigue como una sombra que jamás le abandona.»
Te propongo que tus primeras prácticas de meditación sean prestar atención a tu mente. Parece sencillo, tal vez no lo sea tanto, pero con perseverancia, se va controlando la mente.