Disolver el camino que solo está en nuestra mente

Muchos de nuestros miedos y sufrimientos pueden provenir de pensamientos atropellados, de una mente inquieta que nos confunde y angustia.

Disolver el camino que solo está en nuestra mente.

Estoy releyendo ‘¿Cómo meditar?’ de Pema Chodron.

En la palabras de Pema descubro que cuando perseveramos en la práctica de meditación, vamos sacando, capa tras capa, aquellos aspectos del camino que son solo producto de nuestra mente. Así, a través de esos momentos de mente calma, podemos llegar a descubrir un camino muy distinto al que creemos estar transitando.

Escucho a  AVICII con su Wake me up. Prestemos atención a la letra. Dice en una parte: ‘Sintiendo mi camino a través de la oscuridad, guiado por un corazón latiendo, no sé decir dónde terminará el viaje, pero sé por dónde empezar’. No sé por dónde empezaría el autor de tema, pero se esa frase me llevó a pensar en que puedo empezar por dejar de lado aquello que la ‘mente mono’ nos hace creer.

¿Qué es la ‘mente mono’? Es ésta con la que convivimos diariamente. Una mente cuyos pensamientos saltan de uno a otro como un mono salta de rama en rama. Una mente que nos aturde, nos confunde, nos trae sufrimiento. Es lo contrario a una mente calma. Es la mente que nos hace comentarios todo el tiempo. Claro: su función es pensar.

Veamos qué nos dice Pema Chodron de esta mente tan inquieta. Ella propone que cuando nos encontremos en medio de un momento de confusión, de insatisfacción, de sufrimiento, nos preguntemos: ¿cuánto de lo que está ocurriendo proviene de afuera y cuánto de mi mente?

Muchos de nuestros miedos y sufrimientos pueden provenir de esos pensamientos atropellados. ¿Es ése realmente el camino que se abre a nuestro andar? ¿O es uno distinto que permanece velado por nuestros pensamientos? Es un desafío descubrir el camino por fuera de la experiencia que nuestros pensamientos nos produce.

El Dalai Lama, en su texto ‘Adiestrar la mente’, también propone ‘implicarse en un método o proceso mediante el cual las formas válidas de pensamiento y emoción puedan ser desarrolladas, incrementadas y perfeccionadas y en donde las formas no válidas puedan ser contrarrestadas, minadas y finalmente desechadas.’

Vale aclarar respecto del párrafo anterior que el mismo Dalai Lama dice  que esto lleva mucho tiempo. Y cuando se está pasando por un momento de sufrimiento y dolor quiere salirse de él lo antes posible. Determinación y paciencia son los aliados en ese proceso.

Meditar, conectar con nuestra mente pura, fortalecer la energía vital con aquello que nos apasiona, recuperar los vínculos con la naturaleza u otras estrategias personales son distintas formas para tratar de ‘limpiar’ pensamientos que nos hacen ver un camino que no es tal.

De a poco, con la práctica constante, se podrá ir descubriendo el camino que está esperando ser transitado, como si surgiera al limpiar un vidrio empañado. No será inmediato; pero está ahí. Aún en medio de la oscuridad podemos tantearlo y empezar a buscar cómo iluminarlo.

Podemos agregar gratitud: agradecer por la oportunidad de encontrar ese camino.

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