Los textos sagrados y la meditación. Una guía en el sendero.
La meditación es un camino que se hace al andar. Y se viene haciendo desde hace miles de años.
Sabemos de diferentes prácticas por los legados que, escritos u orales, nos han llegado. Desde la Antigua Grecia, la milenaria India, la ancestral China, las culturas andinas, el Egipto faraónico y muchas más se nos revelan esos momentos místicos que permiten la paz interior y la conexión con lo eterno. A través de tradiciones orales, lectura de textos, recitación de oraciones, entonación de cantos quienes nos antecedieron buscaban lo mismo que buscamos hoy, en nuestra ajetreada cotidianeidad: lo que da sentido a nuestro caminar.
Al igual que hoy, era necesario ser guiado para poder avanzar en el insondable camino de la meditación. Eran los sacerdotes, sacerdotisas, hierofantes, maestros, maestras, quienes podían trasmitir esos pasos para que otros los siguieran. En muchos textos encontramos esas guías que fueron recopiladas y escritas para que hoy podamos encontrar ese sendero que nos lleva a nuestros corazón, a ese lugar sutil en donde queremos estar porque allí nos re-encontramos con ese yo unido al todo del eterno presente.
Iremos transitando varios de esos itinerarios para poder conocer los muchos caminos que nos llevan al mismo lugar: nuestro yo eterno. Hoy te comparto uno de esos caminos, según lo describe el libro sagrado del hinduismo: el Bhagavad Gita. En su capítulo 6 nos describe cómo meditar para conquistar la mente.
Te propongo que leas estos versos y vayas siguiendo los pasos que allí se proponen. Claro que es una práctica que requiere constancia. Pero leer estos versos ya es una forma de meditar.
La mente es amiga de esa alma
Que ha sabido conquistarla
Mas para quien fracasó en conseguirlo
La tendrá como su peor enemigo
Quien la ha conquistado y tiene paz
El Paramatma ha alcanzado ya
Y le es igual: frío, calor, dicha, dolor,
El buen prestigio o la difamación
A quien en su realización está complacido
De firmes sentidos, fijo en lo espiritual
Como un yogi competente lo han definido
Para él guijarros, piedras u oro, son igual
Quien ante amigos, enemigos y oponentes,
Neutrales, envidiosos y parientes
Ante mediadores, pecadores y sadhus
Es ecuánime, es visto como más avanzado
El yogi debe estar siempre unido al centro
Y ubicarse en un lugar solitario
Solo, vigilando la mente con esfuerzo
Sin desear, ni sentirse propietario
Un lugar limpio será apto
Para que arme su firme asiento
Ni muy alto, ni muy bajo,
De kusa, piel, y por una tela cubierto
Allí con atención a su mente
Y a sus sentidos debe sujetarlos;
Sentado en su asan que se esfuerce
En el yoga para ser purificado
Rectos cuerpo, cabeza y cuello,
Manteniéndose inmóvil y firme
Que la punta de su nariz mire
Sin distraerse por ningún medio
Pacífico y desterrando el miedo
Situado en el voto de brahmacarya,
Pensando en Mí, con mente controlada,
Seré yo el fin de ese yogi sincero
Así practicando el control total
El yogi con mente regulada
Alcanza la paz trascendental
Al llegar a Mi beatífica morada
No es yogi quien come en demasía
Tampoco aquél que mucho ayuna
El que duerme en forma desmedida
Y el que se excede en vigilias ¡Oh Arjuna!
Regulado en el recrearse y comer
En el trabajo para su sostén
Regulado en su vigilia y sueño
Por yoga al dolor pondrá freno
Cuando en forma disciplinada actúa
En la trascendencia se sitúa
Libre de atracción a los variados goces
Como situado en yoga se le conoce
Como una lámpara en un lugar sin viento
No tiembla, así mismo se aprecia
La mente del yogi controlado y atento
Que en yoga está en la trascendencia
Ahí la mente en un gozo supremo
Se abstiene, pues el yoga practica
Y ya pura, a su ser interno
Puede ver y en él se regocija
Felicidad suprema es esta
De inteligencia trascendental
Y cuando se alcanza con certeza
Nunca se aparta de la verdad
Esta ganada ni una cosa más
Podrá considerar superior
Y así situado no habrá adversidad
Por dura que sea, que le de temor
Esta sabida las miserias todas
Se terminan, por trance en el yoga
Esto debe hacerse con determinación
Siguiendo el sistema sin desviación
Los deseos del especular nacidos
Abandonados por completo
Y con la mente a los sentidos
Controlados en todo aspecto
Paso a paso debe elevarse
Con inteligencia y firme convicción
Situando su mente en trance
Sin prestar a nada más atención
Cuando sea que sufra agitación
Esta mente inquieta y fluctuante
Allí mismo debe regularse
Y ponerse bajo el control del yo
Cuando la mente está tranquilizada
El yogi alcanza suprema felicidad
Sus pasiones están domadas
Y ya puro alcanza su ser espiritual
Siempre en su práctica ocupado
El yogi libre de pecado
Con felicidad contacta al Supremo
Alcanzando un gozo extremo
En todo ser se encuentra el Alma Suprema
Y todas las almas están dentro de ella
Esto ve el yogi de mente iluminada
Y siempre todo lo percibe bajo esta mirada
A quien Me ve en todo lugar
Y todo lo ve dentro de Mí
Nunca lo puedo yo dejar
Ni puede él perderme a Mí
Quien como situado en cada ser
Me adora percibiéndome en tal unidad
Aunque se ocupe en actividad
Es un yogi, que en Mí ha de permanecer