Nutrirse de las experiencias del camino

Somos en la medida que formamos parte de otros/as; que transitamos caminos que son propios pero que se cruzan con otros caminos.

Nutrirse de las experiencias del camino.

Disfrutar del camino, saborear las experiencias que nos presenta, empaparse de lluvia, viento o arena nos permiten sentir que se viven intensamente los pasos que damos. Estas metáforas remiten a lo que es nuestra vida cotidiana en la que experimentamos cambios y novedades inesperadas.

Elegí un tema que siempre me ha fascinado: Con las alas del alma, de Eladia Blázquez. Ésta es la versión de Julia Zenko. Con las alas del alma transitamos los caminos día a día.

Llegaron recientemente a mi conocimiento un par de poesías de Cora Coralina, poeta brasileña. Una de ellas se titula Saber vivir; la otra, Retazos. En ambas lo que se percibe es la idea de unidad, esa idea universal de que estamos conectados/as de alguna manera, en algún plano.

Esas dos poesías interpelan nuestra individualidad. Nos hacen ver que somos en la medida que formamos parte de otros/as; que transitamos caminos que son propios pero que se cruzan con otros caminos. Y en esos cruces, la vivencia del camino se potencia , se significa, se expande.

Una curva en el camino, un descanso en el camino, un camino que se angosta o que se amplía. Todas son ocasiones válidas para que otros caminos se crucen, que nuestro camino forme parte de otro camino; que otro camino forme parte del nuestro. Y cada uno se nutre de la arena, las piedras, las flores, el viento que cada camino aporta. Y le da sentido, sabor, consistencia, encanto al caminar… con las alas del alma.

Cora Coralina apareció en mi camino y sus palabras ya son parte de mis pasos.

Buen camino o caminos!

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