La meditación y la inteligencia espiritual.
En la pestaña lecturas de esta misma página propongo acercarnos al concepto de la inteligencia espiritual a través del texto de Zohar y Williams. En este texto podrás encontrar tanto conceptos como propuestas de prácticas de la inteligencia espiritual.
La inteligencia espiritual es una capacidad que tenemos para integrar todas las otras inteligencias que conocemos (lógica, emocional). Es la que le da sentido a las decisiones que tomamos con esas otras inteligencias. Sin embargo, solemos darlo por sentado y no prestamos atención a los actos cotidianos que realizamos gracias a ella, la que nos permite ser creativos, tener valores y fe.
Ser conscientes de uno/a mismo/a, observarse, mirar hacia dentro, explorar nuestro interior, escuchar nuestro corazón, son acciones que proponen mejorar la comunicación con nosotros/as mismos/as. Tan cerca nos tenemos y, a veces, tan lejos estamos. Te ha pasado que digas que alguien de tu entorno te conoce más que tú mismo/a?
Zohar y Williams nos lo dicen con claridad: ‘En la educación occidental no hay casi nada que nos aliente a reflexionar sobre nosotros mismos o sobre nuestras vidas y motivaciones interiores. No se nos enseña a dar rienda suelta a la imaginación. Con la casi muerte de las religiones oficiales poca presión tenemos para reflexionar sobre lo que creemos o valoramos. La mayoría de nosotros incluso se siente incómodo con el tiempo «libre» o con el silencio. Llenamos el tiempo con febril actividad, aunque sea viendo la televisión, y llenamos el silencio con ruidos.’
La meditación es una buena herramienta para fortalecer esa comunicación con nuestro ser, para empezar a escucharnos. Meditar es estar en el tiempo presente, prestando atención y los pensamientos y los actos.
Zohar y Williams nos ofrecen algunas alternativas para iniciar ese camino hacia nosotros/as mismos/as. Están alternativas se detallan en el texto que te mencioné más arriba, pero te las incluyo aquí como para animarte a empezar por aquella que sientas que más te acerca a tu propio ser. Verás que son muy accesibles y en la medida que las puedas ir practicando, sentirás la necesidad de comunicarte contigo mismo/a todos los días.
- Puedes leer un poema o un par de páginas de un libro que signifique algo especial para ti o leer algún fragmento de un texto sagrado. Luego reflexionar sobre lo que ese texto o poema te deja como mensaje, qué te sentimientos te trae, qué sentido le encuentras;
- Otra opción es salir a dar un paseo, desconectando la mente de la actividad orientada a objetivos concretos y ganando un tiempo libre que nos dé pie para prestar atención a qué pensamientos nos llegan;
- También puedes probar con escuchar de verdad, con auténtica atención una obra musical y examinar las asociaciones mentales y emocionales que nos provoca;
- Una meditación que se puede hacer en cualquier momento es prestar realmente atención a una escena o hecho cotidiano y luego repasándolo a la busca de asociaciones y matices más sutiles;
- Si te gusta escribir, puedes iniciar un diario en el que describas no sólo los hechos del día, sino cómo has respondido a ellos y por qué;
- Otra manera de conocernos internamente es escribiendo un diario de sueños y reflexionando sobre ellos;
- Por último, un ejercicio muy valioso es al final del día, pensar sobre cómo fue esa jornada. E interrogarnos sobre lo cómo experimenté lo sucedido. ¿Qué fue lo que más me sorprendió o afectó? ¿Qué disfruté más? ¿De qué me arrepiento? ¿Cómo podría el día haber sido diferente? ¿Cómo podría haber sentido o actuado de forma diferente a lo que hice? ¿Qué efecto habría tenido?
Prestar atención a lo que hacemos, pensamos, vemos, nos conecta con nuestro yo y empieza a establecer una comunicación con quien más cerca tenemos: uno mismo.
Te invito a que empieces por alguna de esas prácticas y descubras a alguien que quizás aún no conoces bien: tu mismo.