Existir es caminar

Somos viajeros cuyo objetivo es el camino. Y de eso se nutre nuestra existencia.

Existir es caminar; caminar es existir.

Hojeando un libro que leí hace un tiempo (El nomadismo. Vagabundeos iniciáticos. Michel Maffesoli)  volví a leer algo que tenía olvidado: la etimología del vocablo existir. Y fue tal la revelación, que decidí detenerme, descansar un rato en una cueva y reflexionar sobre lo que acababa de releer y que tenía olvidado.

Para acompañarme en este momento elijo a Loreena Mackenitt nuevamente y su Night ride across the Caucasuss. La música y la letra de ese tema crean un ambiente que propicia la reflexión.

Dice Maffesoli: “No olvidemos que el término mismo de existencia (ex – istencia) evoca movimiento, ruptura, la partida, lo lejano. Existir es salir de sí mismo, es abrirse al otro…”.

Existir es moverse. Busqué la etimología: según la RAE, proviene del latín tardío existentia, compuesto por ex (hacia afuera) y sistere (tomar posición, estar fijo). Significaría tomar posición hacia afuera, salir de estar fijo. Es mostrarse, moverse, no estar quieto.

Caminar es una buena manera de poner en práctica lo que significa existir. Desplazarse, no estar en un lugar fijo es la existencia misma. Somos nómades desde el momento que existimos. Ese nomadismo se ve permanentemente: nos mudamos, viajamos, cambiamos de trabajo, de amistades, de parejas, de estudios, de profesión, de núcleo familiar. El nomadismo nos identifica. Es algo atávico, arcaico, que cuando la vida sedentaria trató de aplacar en pos de un orden social, brotó de otras maneras. Somos caminantes porque existimos. Existimos porque somos caminantes.

Maffesoli cita a Stefan Zweig en un pasaje revelador de El candelabro enterrado. Dice ese párrafo: “Quizás nuestro verdadero destino sea estar eternamente en camino, arrepintiéndonos sin cesar y deseando con nostalgia, siempre sedientos de descanso y siempre errantes. Sagrado no es en verdad más que el camino del cual se desconoce la meta y que se sigue sin embargo con obstinación, como nuestro deambular presente a través de la oscuridad y los peligros, sin saber lo que nos espera.”

Somos viajeros cuyo objetivo es el camino. Y de eso se nutre nuestra existencia.

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