El camino hacia el lugar donde pertenecemos

Está dentro de cada uno/a ese lugar al que pertenecemos. Ese lugar al que queremos llegar, el lugar en el que estamos cómodos/as, en donde encontramos las respuestas que buscamos.

El camino hacia el lugar donde pertenecemos: nosotros/as mismos/as

Hoy me vino a la mente el estribillo de una vieja canción, de un tema que fue música de una película que en español se llamó ‘Reto al destino‘.

El tema es Up where we belong (Allí dónde pertenecemos) . Y su letra me llenó de reflexiones. Creo que ha sido uno más de tantos sincronismos que nos rodean y que cuando les prestamos atención nos dejan muchas respuestas.

Como ya he señalado anteriormente, el camino es hacia dentro. Por eso creo que está dentro de cada uno/a ese lugar al que pertenecemos. Ese lugar al que queremos llegar, en el que estamos cómodos/as, en el que nos sentimos protegidos/as, cuidados/as, seguros/as, a gusto. Allí donde encontramos las respuestas que buscamos y donde perdemos noción de tiempo y espacio. Es ahí dónde pertenecemos y cuando llegamos lo re-conocemos inmediatamente. Ya hemos estado en ese lugar que nos es propio y queremos regresar. En ese rincón interior encontramos paz y sosiego, nos sentimos reconfortados; podemos descansar. Nos da energía y nos conecta con nuestra esencia vital

Nos dice la letra de la canción que el camino es largo y tiene montañas. Eso nos puede cansar, desalentar y tal vez preferimos dar la vuelta y no seguir caminando. Sin embargo, si subimos cada día, escalón por escalón, los pequeños progresos cotidianos nos pueden hacer recuperar el entusiasmo. Y es una meta alcanzable ese subir cotidiano; se puede hacer porque tenemos el aquí y ahora para fortalecer el caminar.

Si vivimos hoy, en el presente, eso recarga nuestra fuerza. Si sentimos que solo tenemos el aquí y ahora, eso nos alimenta y nutre día a día. Se vive hoy, se camina hoy hacia dentro, hacia ese lugar al que pertenecemos. No detengamos el camino ni nos distraigamos. No podemos pensar en lo que se solía ser, ni podemos caminar mirando hacia atrás. Eso conocido no nos ayuda a caminar, no nos lleva a ese lugar donde pertenecemos. Al contrario, el camino hacia dentro abre un mundo desconocido, donde sopla un viento claro, donde se vive hoy y no hay tiempo para llorar por lo que hemos dejado atrás.

Buen camino hacia allí, hacia donde pertenecemos.

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