Caminar es descubrirse y transformarse

Caminar es descubrirse y transformarse. Caminando hacia dentro, nos des-cubrimos y en ese proceso no trans-formamos. En el viaje hacia nosotros mismos, vamos dejándonos sorprender por el camino, vamos vaciando […]

Caminar es descubrirse y transformarse. Caminando hacia dentro, nos des-cubrimos y en ese proceso no trans-formamos.

En el viaje hacia nosotros mismos, vamos dejándonos sorprender por el camino, vamos vaciando o cargando el equipaje, tomando decisiones de por dónde seguir en cada encrucijada, permitiendo que se abra el camino a nuestros pasos. En todo ese caminar, ¿nos vamos transformando? ¿Somos los/as mismos/as a lo largo del camino? ¿Vamos cambiando? ¿Nos reinventamos? ¿O descubrimos quiénes somos?

Para reflexionar sobre esto me dejo acompañar nuevamente por Enya, esta vez en The river sings . Este tema me anima y fortalece cada vez que lo escucho. Está escrito en loxian, un lenguaje artístico (con su propio alfabeto) creado por la autora (Roma Ryan). Según explica, es un lenguaje basado en distintas lenguas, antiguas y actuales, reales y ficcionales, entre las que se destacan varias lenguas élficas, esa gran creación de Tolkien. Como a algunos temas resultaba imposible darles letra en inglés o en gaélico, probó crear otro idioma y lo llamó loxian. El término vendría del griego loxos (oblicuo) o de Loxias, uno de los nombres del dios griego Apolo (en relación a la ambigüedad del oráculo de Delfos). Según su creadora, hace referencia al lenguaje de un planeta distante, un lenguaje futuro.

Al igual que en el tema de Lisa Gerard del que hablé en otro post, este tema de Enya (que tiene traducción) elijo escucharlo sin conocer qué dice su letra. Dejo que las palabras y la música me trasmitan lo que quiero entender hoy. Y llevada por ese ritmo y esa fuerza, pienso que el camino nos hace conocernos, re-conocernos, des-cubrirnos. Así es el caminar: es des-cubrirse, es trans-formarse.

Iniciamos el viaje interior con un cierto conocimiento o desconocimiento de nosotros/as mismos/as. Con creencias, prejuicios, fantasías, mandatos, ideas que recibimos, que aprendimos, que construimos. Y en la medida que el camino hacia dentro de nosotros mismos nos va despojando de certezas y arraigos, vamos desechando aquello que no nos identifica. Vamos iniciando el camino de descubrir quiénes somos realmente. Es como dejar que vaya cayendo una capa que nos envuelve y nos permite ver qué hay debajo. Es como dejar de mirar con ojos ajenos y empezar ver con nuestros propios ojos. Y eso nos hace mirar desde otro ángulo y vemos algo distinto, no porque ha cambiado sino porque lo estamos viendo desde otro punto de vista.

Es como si fuera algo nuevo, no porque no existiera antes, sino porque no lo habíamos encontrado. Es un descubrimiento que nos sorprende, o nos bloquea, o nos asusta o nos anima o nos paraliza o nos proyecta. Pero no nos deja indiferentes.

El camino sale a nuestro encuentro para que tengamos la oportunidad de perder la capa que nos oculta de nosotros/as mismos/as y descubrir nuestra verdadera esencia.

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